Cambio de rumbo e incertidumbre
La recesión ronda la dinámica económica nacional y las estimaciones para 2023 se fijan a la baja.

Hasta el presidente Gustavo Petro tiene en la mira la posible recesión económica que se cierne sobre la dinámica económica el año que viene, e incluso a mediados de octubre en el congreso anual de Acopi abogó por sortear “el temporal que se nos viene encima, no solamente en términos de lluvias, sino en términos de recesión, hambre y crisis económica”.
En esa línea, José Ignacio López, director de Investigaciones Económicas de Corficolombiana, prevé una desaceleración importante en el crecimiento económico del país, estimando que el Producto Interno Bruto (PIB) solo crecerá 1,8% en 2023, fruto de una moderación del consumo privado en un marco de menor ingreso disponible por cuenta de precios, las tasas de interés elevadas, y disminución de las remesas.

A lo anterior debe agregarse el comportamiento de la tasa de cambio del dólar y el anunciado aumento en los precios de los combustibles, lo que disminuiría aún más el poder adquisitivo de los hogares.

Los analistas económicos de Corredores Davivienda también señalan que la perspectiva del año que viene es poco favorable, aunque calculan que el crecimiento de la economía colombiana alcanzaría 2,2%. Entre los factores que explican una menor expansión figuran: el menor crecimiento mundial, el aumento en el costo de uso del capital, explicado por el efecto de la fuerte depreciación de la tasa de cambio en los últimos dos años, así como por el alza de las tasas de interés, y la incertidumbre sobre el cambio en las reglas de juego y la profundidad de las reformas que el gobierno de Petro piensa implementar.

Del lado de la inflación, que podría alcanzar 11,9% al cierre de 2022 y 6,93% para todo 2023, según la Encuesta Mensual de Expectativas Económicas del Banco de la República, la clave para el año que viene será el incremento del salario mínimo, debido a su influencia en la inflación del primer trimestre y en rubros tales como: las comidas fuera del hogar, las cuotas moderadoras en las EPS, el Seguro Obligatorio contra Accidentes de Tránsito (Soat) y las multas de tránsito.
En cuanto a la tasa de cambio del dólar, López señala que durante gran parte del 2023, este indicador continuará influenciado principalmente por los riesgos de “aterrizaje forzoso” de las economías desarrolladas y el factor clave será la resistencia de los precios de las materias primas como el petróleo y el carbón que son fundamentales en la canasta exportadora colombiana.
El desempeño de la divisa norteamericana también dependerá del trámite de la reforma tributaria en el Congreso. El principal factor que ha estado detrás del aumento de la tasa de cambio en nuestro país en el último año y medio es precisamente el aumento en el riesgo país tras la incapacidad de pasar una reforma fiscal para solventar los problemas derivados del exceso de gasto con la emergencia por el covid. En caso de que esta reforma no se lleve a cabo o que sea insuficiente, existiría una fuerte presión alcista en la tasa de cambio.


