Moody’s es optimista en Colombia para 2022, pero no tanto para 2023

Moody’s mejora su pronóstico de crecimiento de Colombia este año y anticipa impacto inflacionario en 2023


Moddy´s de las tres calificadoras internacionales más importantes, fue la única que decidió mantener la calificación de Colombia durante 2021, en Baa2, elevando su perspectiva a estable. De momento, explica Renzo Merino, analista soberano para Colombia de la calificadora, esa perspectiva estable se mantiene y el país da signos de terminar 2022 con un PIB arriba de las expectativas, pero con la eventual ralentización en 2023.

En entrevista para Visión Estratégica, Merino aseguró que, si bien se está en proceso de actualizar números, ya con datos del segundo trimestre, “vemos que el dinamismo de la economía colombiana se ha mantenido a mitad de año. Lleva esto a que el 6,5% del pronóstico de PIB que teníamos en agosto parezca conservador, revisándolo a un nivel entre 7,5% y 8%”.

Afirma el analista que esa revisión tiene implicaciones para el crecimiento del 2023 porque la base va a ser mucho más alta. “Si a la economía le sigue yendo bien en 2023 el repunte de Colombia sería entre el 1,5% y el 2% (…) Lo que vemos que sigue siendo clave es si el crecimiento de tendencia vuelve al 3%”.

Sin embargo, la desaceleración económica de Colombia, explica el analista, no se va a dar simplemente por un efecto rebote: esto quiere decir que las altas tasas de interés, con una inflación todavía disparada, se suman a un posible impacto negativo por el contexto de recesión global.


Esto último se materializa con el hecho de que la desaceleración puede afectar la demanda por las exportaciones colombianas, “con especial foco sobre las de hidrocarburos. Pero en Colombia vemos un incremento importante de las ventas no petroleras”, añade el analista. Aunque también alerta por el monto de dólares que podría dejar de recibir el país en 2023 y su impacto en una tasa de cambio que ya es alta.


“Ahora, del lado interno, en Colombia, el endurecimiento de la política monetaria conlleva a que las condiciones financieras sean más ajustadas en general y hacia adelante podría impactar temas relacionados a la inversión y consumo”, asegura Merino, quien agrega que habrá que esperar el efecto de la reforma tributaria del presidente Gustavo Petro.

Finalmente, aborda Merino el hecho de que el control de la inflación será clave, sobre todo si se tiene presente que esta terminaría el año cerca del 10%. Las políticas públicas que se lideren para contener los precios de los alimentos deberán seguirse de cerca, al tiempo que el Banco de la República le quita ritmo al alza de tasas de interés. “Para 2023 se espera un descenso de la inflación cercano al 6% y convergiendo al rango meta hacia 2024”, concluye el analista

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